Los días grises. Días de lluvia, de lluvia en todas sus formas, en lágrimas incluso, si. Lluvia en las pestañas. Amo esa canción. Las casualidades pueden llegar a existir incluso en días como estos, en los que nadie se moleta en mirar al otro lado de la calle para ver si allí está la persona que llevan buscando toda su vida, aunque todavía no lo sepan. Y es que las casualidades no se encuentran si no se desean, en tan fácil como mirar hacia otro lado y seguir, sin molestarte en pensar que un minuto más allí hubiese logrado cambiar toda tu vida, tu percepción del mundo, tu todo. Siempre contamos que nos aburrimos de nuestra vida pero, ¿no puede ser que realmente no deseemos el cambio que buscamos?
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